Mis poros recalentados absorben el polvo del camino mientras las suelas de mi zapatos gruñen a cada paso. Miro la lejanía del horizonte y me doy cuenta de la gran distancia entre mis recuerdos y los días en los cuales voy colgando mi vida. Las hilachas de mis esperanzas ondean como la cola de un renacuajo sobre la roca oscura del río.
Y la pregunta: Regreso al agua entre contorsiones o me dejo llevar por los restos de esta mañana de desazón?
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